Historias

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CESARINA VILLAR IBORRA

Ya no volveremos a encontrarnos con Cesarína en la Misa diaria de San Lorenzo. Su sitio quedará vacío para siempre.

Ha finalizado la larga vida de una mujer ejemplar, dedicada a su familia y a la oración. .

Cesarína fue una de esas “mujeres fuertes” de las que nos habla el Evangelio.

Un ejemplo difícil de seguir, en el mundo actual.

Ochenta y cuatro años son muchos. Sí. Y catorce hijos también son muchos.

Casada con Víctor Manuel Felgueroso Suardíaz, pasó años felices y años de sufrimiento al quedarse viuda. Entre rosas y espinas. Entre luces y sombras. Todo lo superó, con su férrea voluntad y con su inquebrantable Fe en Dios.

En este mundo son necesarias mujeres como Cesarína, capaces de llevar una familia adelante. No debemos llorar por su muerte. Sino dar gracias a Dios por su vida, Rezar unidos por la salvación de su alma. Que desde el cielo nos ayude a ser mejores a todos. Para que el mundo sea mejor también.

Viuda de Víctor Manuel Felgueroso Suardíaz, con sus numerosos hijos logró una amplia descendencia para el apellido Felgueroso.

Cuando en la Mina de La Camocha se reunieron los descendientes de los Hermanos Felgueroso, para celebrar los 75 años de su fundación, allí estaba Cesarína, acompañada de algunos de sus hijos, sus primos y demás familiares.

En su funeral, en la iglesia parroquial de Somió, Don Javier, en la homilía, habló de Cesarína como sembradora de Paz y de Amor. Y eso fue lo que ella, en su larga vida, quiso ser y hacer.

Que Dios la acoja en su santo seno, junto a Víctor Manuel.

Carlos Roces Felgueroso

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